Entonces… ¿implanto una norma de calidad o no?
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Entonces… ¿implanto una norma de calidad o no?

Entonces… ¿implanto una norma de calidad o no?

Mis clientes me conocen, saben que hago las cosas bien… Jamás he tenido una queja… Los productos que vendo han pasado por controles de calidad… y mi favorita: mi empresa es pequeña, las normas de calidad se han hecho para grandes empresas. Así, hasta el infinito y más allá.

Escucho estas objeciones todos los días, cualquier cosa antes de implantar un sistema de calidad. Curiosamente, casi nadie habla del precio, así que yo tampoco lo haré. Voy a intentar dar las razones por las que es interesante, por no decir imprescindible, disponer de algún certificado de calidad.

En primer lugar, un motivo pragmático: las empresas que disponen de un certificado de calidad lo mantienen en el tiempo, es decir, no renuncian a él, cuando es tan simple como no renovarlo cuando llega su vencimiento. Sin embargo, la práctica totalidad lo mantienen. Por algo será… como diría mi madre, una mujer castellana muy dada a los refranes: “allá donde fueres, haz lo que vieres”. Simple, pero cierto.

Dejando a un lado un argumento tan “casero”, los tengo más “profesionales”, que para algo he estudiado y tengo una edad. Contestando al título del artículo. Sí, implanta alguna norma de calidad en tu empresa por los siguientes motivos:

  • Te ayudará a poner el foco en el cliente. La mayor parte de las normas de calidad tienen el foco en la satisfacción de los clientes. Es fácil perder ese foco y quedarse en procesos o aspectos internos que no agregan valor al destinatario final.
  • Te conviene para competir en el mercado internacional. Para acceder a ciertos mercados resulta imprescindible mostrar que se está cumpliendo con estándares de calidad, que pueden ser una exigencia de tus clientes o de su marco legal.
  • Te hace ganar la confianza del mercado como ventaja diferencial. Una certificación garantiza a los consumidores que tu ventaja diferencial tiene bases sólidas y permanentes.
  • Es útil para encontrar nuevas oportunidades de negocio. La certificación puede acercarte a nichos o segmentos de consumidores, que eligen sus compras sobre la base de requisitos particulares que solo quedan garantizados a través de una certificación.
  • Te asegura la eficacia y eficiencia de los procesos. La mayoría de las certificaciones tienen un impacto en el interior de las organizaciones, ya que, por un lado, obligan a pensar en las mejores formas de alcanzar objetivos antes de certificar, y por otro a actuar en consecuencia, basando las decisiones en información cierta. Por otra parte, las auditorías externas regulares que implican las certificaciones alientan a mantener el equipo de trabajo comprometido con el cumplimiento de las normas. Así, las certificaciones resultan para las pequeñas empresas un paso importante hacia la profesionalización de la gestión.
  • Consigue que mejores la imagen general de la empresa. Las certificaciones de calidad agregan un halo de solvencia a todo el negocio en su conjunto. El hecho de que una empresa se preocupe por dar a conocer su calidad y abra las puertas a mostrar cómo trabaja ante organismos de certificación externa., se percibe como un valor

Como resumen, los sistemas de calidad agregan valor a las marcas, previsibilidad al trabajo, y confianza a los clientes. Justo lo que todas las empresas necesitamos, ¿o no?